Me han enseñado desde pequeño (y a ti seguro que también) a ser agradecido con los demás. Cuando recibo un regalo, una felicitación, un permiso, una alegría, una buena noticia, un cumplido, etc. Decir “gracias” es un hábito que no debe perderse de adultos.
El subconsciente también merece nuestro agradecimiento cuando se comporta correctamente, es decir, cuando cumple nuestros pedidos y metas. En este artículo, conocerás más sobre el poder del agradecimiento.
El subconsciente y las “gracias”
Un corazón agradecido siempre está unido en armonía con todas las fuerzas que han creado el universo. De esta manera, atrae los innumerables favores. La ley de acción recíproca o conjunta se deriva del principio cósmico “acción = reaccción”.
Muchas personas, inmersas en las deudas y en los problemas financieros han podido salir de ese mal momento siendo agradecidas por lo que realmente tenían. Por ejemplo, un señor sin trabajo, con tres hijos para alimentar, una hipoteca y cuentas por pagar agradecía todas las noches antes de irse a dormir por la prosperidad que tenía, por el amor de sus pequeños, por el techo que le daba abrigo en el crudo invierno y por todas las cosas buenas que podía enseñar a sus hijos. Al mantenerse en la actitud de “agradecimiento” estaba reacondicionando a su mente en la idea de la prosperidad, una palabra que repetía todo el tiempo. El convencimiento era cada vez mayor, el sabia que en breve las buenas noticias llegarían. Eso trajo como consecuencia que el poder y la inteligencia infinita trabajaron en su favor. En poco tiempo, consiguió un excelente empleo, pagó todas sus deudas y pudo ser más feliz con su familia.
El subconsciente: agradecer y agradecer
Si eres religioso, agradecerás a Dios por todos los bienes que te ha brindado. Si no lo eres, puedes agradecer al cosmos, al Universo o a tu subconsciente. Lo importante es agradecer, decir “gracias” es un acto de fe, de bondad, de sumisión, de contacto con lo divino.
Todos los días antes de dormir agradece a ese poder superior por todo lo que tienes, sin olvidarte de lo que deseas. Por ejemplo: te doy gracias por mi hermosa familia, por tener comida en la mesa, por el trabajo digno, por los amigos, por el techo…. por el dinero en abundancia, por el mejor empleo, por la felicidad familiar, por los viajes, por el auto nuevo…
Lo que tienes y lo que te gustaría tener dilo en la misma frase. El subconsciente no sabe qué es real y que es un deseo y trabajará a diario sin descanso para que todo ello siga permaneciendo en tu vida cotidiana. Por eso es tan importante ser agradecido, tu mente pensará que estás diciendo gracias por algo que ya tienes, no por lo que deseas y sin dudas, en breve, lo conseguirás.
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