El Suconsciente : la máquina que trabaja sin cesar

10.07.2013 15:55

El subconsciente: la máquina que trabaja sin cesar

Ya hemos hablado en anteriores oportunidades sobre la forma de trabajo que tiene el subconsciente, pero lo que muchos no saben todavía es que la mente no descansa ni un sólo segundo de tu vida para ayudarte a lograr todo lo que te propones y lo que piensas.

En este mundo actual, donde se “obliga” a trabajar a full todo el día, la mente no se queda atrás y su labor es continua, aún en los momentos en que tú descansas o duermes.

El subconsciente y su trabajo por nuestro bienestar

Se dice que el subconsciente es una máquina que nunca se toma un “break” y es realmente cierto. El cien por ciento del tiempo está alerta, trabajando, buscando la manera ideal para hacer realidad tus deseos. Esto no quiere decir que todo te saldrá bien, pero eso depende de tus imágenes, tus sentimientos y de las indicaciones que le brindas a tu mente.

La subconsciencia trabaja dentro de cada uno de nosotros de manera constante por el bienestar general, reflejando el principio natural de la armonía entre cuerpo, mente y alma, respaldando todas tus decisiones y emociones.

La mente tiene voluntad propia, pero aún así depende de tus órdenes para funcionar de la manera que deseas. Es algo fuera de serie, una máquina que nunca se rompe, que actúa noche y día, no se apaga por más de que tú hayas terminado tu jornada y estés durmiendo.

La mente subconsciente es la constructora de tu cuerpo, pero eso tú no puedes verlo ni oírlo o sentirlo mientras hace su trabajo, porque se trata de un proceso muy silencioso. Tiene vida por sí mismo, siempre se mueve acorde a la salud, la armonía y la paz que reinan en su entorno, es decir, en el universo. El interior se expresa en todo momento.

El subconsciente: ayúdalo a trabajar mejor

Si bien el subconsciente es un empleado ejemplar, en términos de horas de producción sin descanso, también puede ser un mal trabajador para los objetivos de la empresa, es decir, tú. Esto depende de las directrices que le brindes cada día.

Para ello, es necesario que las órdenes sean claras y concisas, lo más detalladas posible y con un ingrediente más: el sentimiento. Eso quiere decir, que cuando desees algo con fervor, no dudes en imaginarlo tal y como te gustaría que fuera, para mostrárselo a tu mente y que ella haga el resto.

Los detalles más minuciosos que puedas pensar ayudarán mucho en el proceso y serán los responsables de un futuro mejor. Ponlo en práctica todas las noches antes de dormir y verás los excelentes resultados que consigues en breve. Tu mente seguirá trabajando sin cesar, pero en la dirección correcta.

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